1 jul 2011

Lactancia materna y menos problemas de comportamiento


Los beneficios brindados a los bebés por la lactancia materna no terminan de descubrirse, el estudio* recientemente publicado por un grupo de investigadores del Reino Unido avalan esta apreciación.

Los investigadores utilizaron datos de un gran estudio prospectivo, de cohorte representativa a nivel nacional del Reino Unido: Estudio de cohorte Del Milenio. Seleccionando 10,037 pares de madre-hijo, de raza blanca (9525 niños a término y 512 niños prematuros). Indagaron como fueron alimentados a los 9 meses de vida y valoraron la presencia de problemas de comportamiento caracterizados como síntomas emocionales (por ejemplo, aferramiento, ansiedad), hiperactividad (por ejemplo, agitación) o problemas de conducta (por ejemplo, mentir, robar) a los 5 años de vida. Encontraron menos problemas de conducta (estadísticamente significativo) en el grupo de niños de cinco años de edad, nacidos a término que recibieron lactancia materna por 4 meses o más, frente al grupo de niños que fueron alimentados con fórmulas infantiles.

Estas diferencias encontradas podrían ser explicadas por la presencia de una gran cantidad de ácidos grasos poli-insaturados de cadena larga, hormonas, factores de crecimiento y otros elementos ausentes en las fórmulas infantiles que tienen un rol importante en el neurodesarrollo y la función cerebral. Aún no se conoce cual sea el impacto de suplementar las fórmulas infantiles con ácidos grasos esenciales. Otra explicación es que el amamantamiento permite una mayor interacción entre la madre y el niño, un mejor aprendizaje de conductas aceptables y menores problemas de conducta. Una tercera explicación es que la alimentación con fórmulas  se asocia con mayor frecuencia a infecciones y hospitalizaciones durante la infancia, que condiciona problemas de conducta en los niños relacionado con el tiempo de separación de los padres.

En los últimos años también se ha llegado a conocer, que en la leche materna se encuentran bacterias procedentes del intestino materno (flora intestinal de la madre). Estas bacterias comensales son captadas por unas células especializadas (células dendríticas) a nivel del intestino de la madre, las células circulan por el sistema linfático y luego la sangre alcanzando finalmente la secreción láctea. El bebé al ser amamantado, ingiere bacterias que dirigirán el establecimiento de una flora intestinal estable en su propio intestino. Cuando los bebés son alimentados con fórmulas infantiles tendrán una flora intestinal diferente y más inestable condicionando problemas tempranos (Ej. Enterocolitis necrotizante en neonatos prematuros) y a largo plazo (Ej. Atopia/alergias, diabetes tipo 1, Enfermedad Inflamatoria Intestinal, Enfermedad celiaca, Obesidad).**

La recomendación mundial de salud pública apoyada en los hechos comentados y en otro sinnúmero de estudios recomienda que los niños reciban lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses; inicien la alimentación complementaria con alimentos preparados en caso, seguros, adecuados y continúen con la lactancia materna hasta los dos años o más.

* Breast feeding and child behaviour in the Millennium Cohort Study
Heikkilä K, Sacker A, Kelly Y, et al.
Arch Dis Child (2011). doi:10.1136/2 of 8 adc.2010.201970.
**..Intestinal Microbiota: Does It Play a Role in Diseases of the Neonate?
Renu Sharma, MD, et. al.
NeoReviews 2009;10;e166-e179

No hay comentarios:

Publicar un comentario